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Abrimos licorería en el revoltijo: Limoncello caserito...

Hola!! Tenía un montón de entradas medio preparadas para volver a la carga, pero creo que esto se merece un brindis, así que me decanto por contaros el limoncello casero que he preparado con limones del huerto de mi padre. No las tenía todas conmigo, la verdad, ya que leí distintas recetas y cada una daba unas medidas diferentes, y con unas diferencias de litros bastante grande. Como lo había visto en el blog de mi querida Ana, la cocina de Betulo, seguí sus pasos, que es una mujer muy aplicada. 

Ya casi no me acordaba de que lo tenía reposando, cuando el otro día después de una paella con unos amigos en casa, a la hora del café me acordé. Así que ya tenía catadores para probar mi limoncello, jejje. Cuando abrí la botella casi me caigo de culo, olía mucho, mucho a alcohol. Pensé que tendría que rebajarlo un poco más, olía alcohólico total! Resultado del experimento...un limoncello riquísimo, según los chicos, yo no me atreví a probarlo, jeje, pero me dijeron que estaba fino y bien rico. Uno de los chicos que lo probó también elabora diferentes licores en su casa, es todo un experto, a ver si aprendo a hacer pacharán con él.

Seguí los pasos de Ana desde principio a fin, y la verdad es que es muy sencillo. Solo nos hace falta un poco de paciencia y resistencia al olor del alcohol, tarea para la cual tuve que llamar a una amiga porque casi muero cuando pasaba el alcohol de un sitio a otro, dioooooossss, ese olor a alcohol puro me puso las tripas del revés! En fin, para eso tenemos amigas-vecinas, no? Jajaja Carla lo hizo sin ningún problema mientras se reía de mí :)

Vamos al lío....



Limoncello casero

Ingredientes

8 limones
1, 5 litros de alcohol (me lo dio mi hermano para que hiciese algo...)
2 tazas  y 1/2 de azúcar
3 tazas de agua

¿Cómo lo preparamos?

Comenzamos lavando los limones bien limpios. Una vez limpios, los pelamos con delicadeza sacando solo la parte amarilla. La parte blanca amarga, así que lo cortamos bien fino sacando la piel con cuidado. 
Ponemos las pieles a macerar en un recipiente con tapa con el alcohol suficiente para cubrirlas, más o menos 500-700 ml. 
Lo dejaremos reposar unos 10 días, moviéndolo un poco cada día (ufff, qué dura misión...uufff!)
Transcurridos los 10 días, preparamos un jarabe con el agua y el azúcar, dejándolo hervir unos 7 minutos, podemos ver cómo cambia la consistencia del líquido. 
Dejamos enfriar el jarabe y luego lo añadiremos a la maceración realizada. 
Añadimos ahora el resto del alcohol. 
Podemos colarlo o dejar las pieles, en mi caso lo colé, y las pieles las tengo deshidratas esperando que se me ocurra algo qué hacer con ellas. Lo colocamos en botellas de cristal y a la nevera entre 10 y 40 días, nosotros lo hemos tenido unos 30 días a la nevera y ya estaba bien reposadito. 



Como os decía esto se merece un brindis, muchos son los motivos -que no me voy a poner a explicar-, pero un brindis sí que hay que hacer:




Salud!

¡Espero que os guste!

Hasta la próxima :)




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La paella perfecta

En medio de la semana santa vuelvo, otra vez sin haber hecho los deberes que me propuse...y es que no se puede estar en mil cosas a la vez, ni somos súper personas. A mi me gustaría llegar a todo pero no llego, tengo que repartir el tiempo de una manera que no contenta a todos mis hobbys, o quehaceres, en fin... La culpa de todo este abandono blogueril lo tiene el libro que me estoy leyendo (Choque de Reyes), que me roba los pequeños espacios de tiempo de los que puedo disfrutar a diario, me engancho con el y no hay quién me suelte. El otro día, ya era la hora de preparar la cena y me dije "pues no ceno, me quedo leyendo" jajaja, menudo enganche llevo! Juro terminarlo pronto y dedicarme a pasear por vuestras cocinas como es debido :)

Hoy os quiero mostrar nuestra paella perfecta, así lo decidimos una vez devorada. 
Nos pasamos a comprar por el mercado de Jávea, un lugar estupendo para comprar pescado de temporada y bien fresco. Cómo no, compramos más de lo esperado, como siempre, allí es imposible salir solo con lo necesario para la paella, tienen tantas cosas buenas...
La cuestión es que la paella fue similar a otras - al menos el método de preparación-, pero ya sabéis que cada paella es un mundo y nosotros estamos acostumbrados al veredicto de cada una de ellas. Ésta, sin duda, con la calidad de la materia prima fue la mejor que mi gran chef ha preparado, y he de decir que las hace muy pero que muy buenas. El sabor del caldo que usamos fue algo suave y sublime, repleto de cangrejos, galeras, y hueso de rape, desprendía un aroma marinero de los que me hacen recordar a mi infancia y a esos guisos que preparaba mi abuela cuando mi abuelo llegaba con la barca, qué delicia (no puedo ni pensarlo, mis papilas gustativas trabajan aceleradamente...). Ese arroz a banda de mi abuela...era algo especial, supongo que el pescado recién cogido también hace que lo sea. Y debe de ser por esto que nuestra paella quedó taaan rica. So delicious!
La paella que usamos, como podéis ver era un poco grande, pero pensamos que fue otra de las causas de que estuviese tan rico. El arroz quedó al dente en una fina capa y los bordes con el quemadito, o "socarrat" que tanto nos gusta. De todos modos, usamos esta paella porque era la única que teníamos en aquel momento. En principio nos parecía exageradamente grande pero la usamos, y vaya, el invento salió más que bien - los inventos a veces son nuestras mayores sorpresas, en todos los sentidos, jajaja-. 







La paella marinera perfecta

Ingredientes (os pongo los ingredientes para 4 personas):  

1 Sepia, cortada a taquitos
Gambas rojas 
Galeras
Gambitas peladas
1 Pimiento rojo cortadito a tiras
1 Ajo
Aceite de oliva
Sal
Pimentón dulce
Hebras de azafrán
5 vasos de caldo de buen pescado (nosotros pusimos cangrejos, galeras, rape, algún pescadito de caldo) 
2 vasos de arroz bomba


Modo de preparación
Ponemos la paella al fuego con un buen fondo de aceite de oliva. 
Sofreímos el pimiento rojo, las galeras y las gambas, sacamos y reservamos. 
Sofreír ahora las gambitas peladas, sacar y reservar. 
Es el turno de la sepia con el ajo picadito, éstos se quedan en la paella. 
El caldo lo tendremos calentito. 
Medimos y añadimos el arroz.
A continuación, añadimos el pimentón rojo y le damos un par de vueltas. 
Medimos y agregamos el caldo a la paella (dos vasos y medio por vaso de arroz). 
Añadirlas hebras de azafrán. Cuando rompa a hervir aguantar cinco minutos el fuego alto y bajar a fuego medio. Dejar que se vaya cociendo el arroz. Probar el punto de sal, y si vemos que necesita más añadirle al gusto.
Cuando veamos que le queda un poco, disponemos las gambas, las galeras y las tiras de pimentón rojo, que habíamos reservado, alrededor de la paella. 
En cuanto se seque todo el caldo apagamos el fuego y la dejamos reposar unos minutos. 
Ya tenemos nuestra paella preparada!



Estos platos me resultan de vicio y nunca me cansan. Hay tantas maneras de hacer una paella que podría comerla a diario :)




Y si todos los días al chef le sale una paella como ésta...me rindo a sus pies ;)

Espero que os guste, ¡felices fiestas!



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